viernes, 18 de diciembre de 2015

El sol y el fotoenvejecimiento

La piel, al igual que el resto de los órganos, envejece con el tiempo. Pero a diferencia de estos otros órganos, la piel está en contacto con el entorno y es afectada directamente por el mismo. Es por lo anterior que podríamos dividir el envejecimiento cutáneo en dos procesos diferentes; el envejecimiento intrínseco (o cronológico) y el fotoenvejecimiento. Otros factores que determinan el envejecimiento de nuestra piel tienen que ver con nuestras características genéticas, nuestros hábitos alimenticios y el consumo de tabaco.  
El envejecimiento cronológico es inevitable, universal (ocurre de la misma manera en la piel de todo el cuerpo) y depende del paso del tiempo. La piel lentamente va perdiendo sus funciones (de barrera, reparación del ADN, hidratación, respuesta inmunitaria, producción de vitamina D, etc.), pierde la elasticidad y se recupera con mayor lentitud después de las lesiones.
El fotoenvejecimiento es el daño crónico inducido por los rayos ultravioletas y es responsable de la mayoría de los cambios de la apariencia de la piel asociados con la edad. Se caracteriza por sequedad, pigmentación irregular, arrugas finas y surcos profundos, decoloración amarillenta, ausencia de elasticidad, telangiectasias (o capilares dilatados), comedones, aumento del tamaño de las glándulas sebáceas y fotocarcinogénesis (lesiones precursoras de tumores o tumores propiamente dichos). Lo más importante es que puede prevenirse.
La fotoprotección diaria, sobre todo en la piel que está expuesta todo el año a los rayos uv como cara, cuello y manos, es un factor determinante en la prevención del envejecimiento cutáneo. Los protectores solares deben ofrecer protección contra los rayos UVB y UVA y ser cosméticamente aceptables. Pueden ser preparados como geles, emulsiones o cremas y contener además componentes con propiedades calmantes como la manzanilla y el aloe vera.
Algunos consejos para cuidar tu piel del sol:
  • Aplicar los protectores solares de 30 a 60 minutos antes de la exposición solar para que los ingredientes activos se unan a la piel.
  • No olvidar las zonas como orejas, escote, manos y pies, si van a estar expuestas.
  • Evitar el sol entre las 10 y las 16 hs.
  • No exponer a los niños al sol directo hasta los 6 meses de vida y hasta los 3 años protegerlos con ropa de algodón, sombreros y FPS superior a 15.
  • Evitar el bronceado intencional (natural o por cama solar) ya que esto representa un mecanismo de defensa de la piel ante la agresión de la radiación ultravioleta.
  • Buscar sombra cuando se está al aire libre.
  • Programar las actividades al aire libre para las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde (de fundamental importancia a tener en cuenta en colonias de verano y clubes de deportes para niños).
  • Utilizar indumentaria adecuada (ropa de algodón, sombreros de ala ancha y anteojos oscuros).

Referencias.
1.- Fisher GJ, Kang S, Varani J y col. Mechanisms of photoaging and chronological skin aging. Arch Dermatol. 2002 Nov;138(11):1462-70.


2.- Yaar M, Gilchrest BA. Envejecimiento de la piel. Fitzpatrick, Dermatología en medicina general. 2008. 108: 963-974.

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